La Sombra del Perdedor

No recuerdo bien lo que era. Pero de lo que estaba seguro, es que yo estaba debajo de algo y ese algo me aplastaba. Desde entonces comprendí cual era mi lugar en este mundo. Cada día, esa misma sensación se encarga de aplastarme, provocando que siempre mire hacia el suelo.

Los días soleados trato de esconderme de la risa de los demás. Cuando por desgracia debo enfrentarme al mundo, solo atino a responder con la vil sonrisa del idiota. Lección que me enseñó un pálido villano de historietas. Los días de lluvia, veo el reflejo de mi cuerpo encorvado sobre el agua. Lo que veo, no me gusta. Es un veinteañero víctima de una eterna adolescencia, provisto de inexplicables arrugas de expresión y una curiosa mueca que no transmite felicidad. Sus vestimentas son oscuras como el más profundo de los abismos.

Pero ninguna oscuridad es comparable al vacío que parece existir al interior de su espíritu. Tal vez, algún día se ponga el anillo, desaparezca y vague errante por las sombras desde donde vino. Pero todo es pasajero, incluso la peor de las tormentas. Un día las tinieblas se disiparan y el sol volverá a brillar. Caminare sobre el arco iris y contemplare el mundo a la izquierda del todopoderoso.

One Ring to Rule Them All... Why rule them? Why not just put it and dissapear?

Mientras aun este condenado al eterno devenir de las noches y los días, todo lo que tengo que hacer es decidir qué hacer con la sombría estadía que se me ha otorgado. Habrá jornadas de luz y de tinieblas, pero mi sombra nunca podrá abandonarme.

"Somos lo que hacemos"